Publicado por: Information Technology - Abril de 1997 - N° 101
Autora: Nora Fusillo

Calidad de vida laboral ante todo

En nuestro artículo anterior hablamos de cómo construir la vocación de servicio desde la empresa, desde el afuera de cada uno. De cómo desplegar la vocación de ofrecer efectivamente un servicio al cliente con hechos concretos, no por mero voluntarismo sino proveyendo el equipamiento, la capacitación y el reconocimiento adecuado de los recursos humanos.

Ahora vamos a referirnos a otro plano, al del Alineado Interno de cada uno, que nos conduce a "ser" y desde ese lugar nos permite disfrutar de nuestro trabajo, sirviendo por ello a los demás casi sin darnos cuenta.

Según percibamos el servicio

Si el servicio se vive como una nueva exigencia, como una obligación impuesta por el mercado, empezarán a aparecer todas las dificultades asociadas a cualquier tipo de imposición; se sentirá que el servicio es algo "para otros", algo que "debemos" brindar.

Pero ¿qué tal si en cambio nos fuera posible ubicarnos en una dimensión en la cual sintamos que "somos servidos" en la medida que nos brindamos a los demás, que percibamos el dar como un acto de recibir? Esto por supuesto no quiere significar entrar en la tónica del trueque en la cual no estaríamos hablando de un verdadero servicio. Muy por el contrario, a lo que estamos aludiendo es a ingresar en un espacio en donde, poniéndonos en el lugar de lo que el otro espera, le damos ("nos damos") lo que nos gustaría recibir a nosotros.

¿Cuánto mejor serviríamos al otro si, dentro y fuera de la empresa, el servicio se tomara no como un producto más sino como una relación de reconocimiento mutuo?

¿Qué resultados diferentes lograríamos si pudiéramos efectivamente "ser servicio" y si supiéramos que nuestra propia calidad de vida aumenta en proporción a esa forma de ser específica?

Estas últimas reflexiones pertenecen a mi amigo Rony Sleiffer, del Minneapolis Productivity Team, y las comparto con ustedes tal cual él las formula.

Qué lugar ocupa nuestro trabajo en nuestra vida

Si vamos a trabajar convencidos de que nuestra actividad es la que nos gusta hacer y la realizamos con dedicación, sin caer en extremos que impliquen cierta adicción, el servicio se dará naturalmente y el reconocimiento y remuneración seguirán una línea de crecimiento sin mayores esfuerzos.

Si por el contrario nos alejamos del lugar del disfrute y vamos a trabajar persiguiendo principalmente la remuneración, aparecerán inconvenientes necesariamente. La remuneración, aunque digna, va a eclipsarse frente al "esfuerzo" y "sacrificio" que me implican hacer algo que no me agrada.

Este es el momento de plantearnos qué connotación tiene el trabajo en nuestra vida. ¿Lo tomamos como un "sacrificio inevitable" o como la continuación de la tarea creadora y evolutiva de la humanidad? Si nos ubicamos en la primera alternativa, ante el primer inconveniente que surja responderemos con mala disposición, malhumor, y hasta con somatizaciones. Si en cambio nos sentimos útiles haciendo nuestra tarea, porque contribuimos, cooperamos, participamos, compartimos, nos encontraremos disfrutando de esa sensación básica que produce "la misión cumplida," además de sentir que nuestra presencia en nuestro lugar de trabajo hace una diferencia.

Por eso es aconsejable que en el caso de sentirnos desconformes con nuestro trabajo volvamos sobre nuestra vocación abandonada; empezar a ganar lo mínimo pero haciendo lo que a uno le gusta es siempre mejor en el mediano plazo. En realidad "Servicio" remite directamente a vocación, a valores comunes, a compartir con otro aquello que soy feliz produciendo.

Por supuesto que es necesario creer además en la sinergia que uno crea alrededor cuando se alinea internamente y también saber que hay situaciones y variantes más o menos favorables. "Yo y mi trabajo" van a insertarse seguramente en un marco empresario que me facilite o no crecer, de allí que con calma y apostando a mi vocación primero buscaré las alternativas más beneficiosas sin desesperarme y timoneando con seguridad en pos de mi meta. En todo tiempo y mercado esta determinación funcionó. Y sino detengámonos un instante en la esencia de lo que es un "entrepreneur." Incluso en épocas de crisis, de recesión y de postguerra hubo aquéllos que encontraron el camino para crecer y hacerse prósperos porque interpretaron la crisis como oportunidad en vez de dejarse caer en el desaliento.

Cómo ubicar al servicio

Ante una situación que nos demanda atención al cliente, ¿nos preguntamos primero "qué gano yo con esto" o más bien "cómo puedo ayudar mejor?" Esta segunda opción, unida a nuestra capacidad de expresar nuestro Talento único, es la que nos va a conducir directamente al servicio. Por eso nos atrevemos a asegurar que "el servicio empieza en el ser" -y este a su vez, en el dar-. Dice Chopra "todo lo que tiene valor en la vida se multiplica sólo cuando se entrega...Y si al dar sentimos que hemos perdido algo, no ha sido dado en realidad y no generará entonces abundancia." El mismo autor propone una serie de pensamientos que corroboran este concepto. Como que "la manera más fácil de obtener lo que deseamos es ayudar a otros a que consigan lo que desean" o que "si deseamos recibir el beneficio de todas las cosas buenas de la vida es dando y no acaparando la semilla que lo lograremos" pues pondremos a funcionar la ley del dar que desencadena el proceso circular que nos lleva a recibir contínuamente.

De allí que podamos reformular el título del artículo: en vez de "ser y servicio van juntos" vamos a afirmar ahora que "ser servicio y ser servido van juntos."